¿Qué es el Ikigai — Propósito?
Imagina levantarte cada mañana con la convicción de que cada minuto importa. No es un simple «tengo cosas que hacer», sino un «sé por qué lo hago».
Ese es el latido profundo del ikigai: la razón por la que sientes que tu vida, cada día, tiene sentido.
O significado o propósito, lo podemos llamar como queramos.
En Japón suelen describirlo como “la felicidad de estar siempre ocupado”. Pero ojo: no hablamos de llenarte de tareas que te desgasten, sino de que tus acciones diarias estén alineadas con algo más grande, algo que te entusiasma y te hace decir: “oh yeah, esta vida merece la pena ser vivida”.
Salud y propósito: dos caras de la misma moneda
- La salud en solitarioPuedes comer bien, hacer ejercicio y dormir tus 8 horas. Sin embargo, si no hay un para qué, es muy fácil sentirte vacío o perder la motivación.
- El propósito sin cuidar el cuerpoPor otro lado, hay quienes tienen proyectos increíbles, pero descuidan su salud. Al final, sin un cuerpo que te sostenga, ese sueño a largo plazo acaba diluyéndose.
En otras palabras, soy de los que creen que los hábitos sin un sentido no sirven para nada.
Por eso uso mucho en mis redes el hashtag “Hábitos Con GPS”.
Es decir, que la salud es lo primero, pero no lo último. Porque a veces nos falla la salud y aun así como tenemos una ilusión o una razón de ser, tenemos vida.
Y al revés, la salud no es solo ausencia de enfermedad. A veces estamos bien de salud, sin enfermedad, pero sin ese propósito estamos vacíos.
Y si no, piensa cuántas personas con obstáculos físicos o enfermedades encuentran en su ikigai la energía para seguir adelante y se convierten en un ejemplo para los demás.
Esto no es magia, es ciencia y es la fuerza de tener un “porqué” que trasciende el día a día.
El reto de un equilibrio a largo plazo
- Sustituye la rutina por la conscienciaNo se trata de “cumplir” con un hábito porque toca, sino de entender qué aportará a tu proyecto de vida. Predomina en nuestra sociedad la preocupación por ser productivos, pero nos olvidamos de preguntarnos si aquello que perseguimos realmente merece la pena, es un fin digno.
- Acepta que tu propósito evolucionaTal vez antes te empujaban unas metas y ahora te motivan otras. Perfecto. Como decía el psiquiatra Victor Frankl, el ser humano necesita un desafío por el que luchar; y esa misión puede cambiar a lo largo de la vida.
- Encuentra tu “ikigai”En Okinawa, conocida por su alta concentración de centenarios, no existe la palabra “jubilación”. Allí, su idea de ikigai hace que cada persona tenga un motivo para seguir activa, aportando al mundo y manteniéndose vital, sin importar la edad.
Cómo descubrir (o redescubrir) tu Ikigai
En las newsletters que vas a encontrar abajo vas a ver mi viaje haciéndome todas estas preguntas:
- ¿Qué ejemplos de ikigai existen?
- ¿Hay un solo ikigai para cada uno? (Idea que me agobia porque entonces venir a la vida es como venir a una escape room donde si no “encuentras” tu ikigai estás perdido y game over.
- ¿Tiene sentido esto para todo el mundo?
- ¿Qué relación tiene tener un ikigai con mayor esperanza de vida?
- ¿Hay pruebas científicas de eso?
- ¿Qué preguntas nos debemos hacer para encontrar mejores respuestas? Es decir, descubrir nuestro ikigai no debería ser tan difícil. Debería ser algo evidente. Pero a veces, lo más evidente pasa inadvertido. Así pues: ¿Qué preguntas hacernos para que nuestra cabeza sepa ver esas actividades que nos absorben de tal manera que perdemos la noción del tiempo?
- ¿Cómo conectar todo eso con una visión a largo plazo? ¿Nos aleja eso de la enfermedad?
- ¿Cómo encontrar y apoyarnos en personas que compartan esos valores o que también busquen ese equilibrio? Ya se sabe: las buenas conexiones sociales dan fortaleza y son una inspiración para nuestro ikigai (cuando no son directamente nuestro ikigai, pienso en el caso de alguien cuyo ikigai sea cuidar de otros todos los días).
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