Dejar de usar Ozempic puede generar muchas dudas y preocupaciones, especialmente si has experimentado una pérdida significativa de peso. ¿Qué sucede realmente cuando dejas este medicamento? ¿Es posible mantener el peso sin él?
En este artículo, desvelo las claves para no recuperar el peso perdido tras dejar Ozempic, y exploro la importancia de desarrollar hábitos saludables para un éxito duradero. Ya te avanzo que, a diferencia de lo que les gustaría a los laboratorios productores estos fármacos, puedes mantener tu nuevo peso sin depender de ellos de por vida.
¿Qué es Ozempic y Cómo Funciona?
Ozempic es un medicamento inyectable utilizado principalmente para tratar la diabetes tipo 2 y, más recientemente, ha ganado popularidad por su capacidad para ayudar en la pérdida de peso.
Su principio activo, semaglutida, actúa simulando una hormona llamada GLP-1 que regula el apetito y la insulina. Este medicamento ayuda a reducir los niveles de azúcar en sangre y disminuye significativamente el apetito, facilitando la pérdida de peso.
La Vida Después de Ozempic
Seguramente todo esto ya lo sepas, así que es mejor pasar a la pregunta “¿qué le sucederá a mi peso y a mi cuerpo cuando deje de tomar Ozempic o similares?”
Mientras recopilaba evidencia médica y testimonios como parte de mi investigación para escribir este artículo, me crucé con un comentario que me hizo reflexionar. La autora de este comentario se llama Carlotta Melzi y dice lo siguiente:
Fui obesa durante veinte años en los que seguí muchas dietas (al final todas fracasaron) e hice mucho deporte.
Cuando empecé a tomar Ozempic nadaba una hora al día, sin ningún resultado en mi peso.
Con Ozempic he perdido 30 kg en menos de un año, tengo análisis normales, sigo haciendo mucho deporte pero también sigo tomando una dosis mínima de mantenimiento de Ozempic.
Si las dietas y el deporte funcionaran (tanto para perder peso como para mantener la pérdida) nadie necesitaría este medicamento.
Al leer el comentario me creo la dificultad de Carlotta. Me la creo. Me creo su malestar, su frustración y la rabia que subyace en sus palabras. Sin embargo, me saltan las siguientes alertas: cuando ella dice que hacía mucho deporte —y la verdad es que una hora de natación todos los días no está nada mal— me pregunto: ¿solo hacía natación?
Sabemos que hay ejercicios más eficientes a la hora de ayudar a bajar de grasa y peso que la natación. ¿Qué hubiera pasado si Carlotta, en lugar de nadar una hora al día como dice, hubiera empezado a entrenar fuerza o realizar ejercicios de resistencia?
Por otro lado, ella no especifica cuántos días de la semana realiza esa natación. Habla de “nadar diariamente”: ¿significa eso que nada una hora los siete días de la semana? No lo sabemos, pero estoy seguro de que hubiera logrado más con un plan de ejercicio de fuerza que sumara un mínimo de dos horas semanales. Quiero decir que, sin saber cuántos días a la semana nadaba, es muy posible que con tan solo cuatro días realizando 30 minutos de ejercicio de fuerza, hubiera logrado perder más peso.
Una vez dicho eso, tampoco sé cuántas calorías estaba ingiriendo, ni cuántas calorías suponía su gasto energético total diario ni, por tanto, el déficit calórico que era necesario seguir para eliminar grasa y bajar de peso de manera eficaz.
Tampoco se puede deducir por el comentario si todas esas dietas que siguió estaban pautadas por un dietista-nutricionista, o si tuvo apoyo psicológico para crear hábitos duraderos. Es decir, si lo que siguió fue cualquier dieta milagro o sin evidencia científica o, por el contrario, siguió un plan nutricional personalizado. Incluso si lo siguió, me plantearía la duda de si estaba correctamente calculado y planteado.
Como no quiero dar por supuesto nada, como no quiero extrapolar conclusiones imposibles a partir de su comentario, no puedo concluir nada sobre qué resultado hubiera experimentado Carlotta de haber seguido un plan nutricional que contemplase dieta, entrenamiento de fuerza y creación de hábitos.
Lo que sí tengo claro al leer sus palabras es el tremendo nudo que está medicación deshace en personas como ella. Lo mismo ocurre con Oprah Winfrey y es un tema que traté en este otro artículo.
Creo que entender de dónde nace esa frustración, ese dolor, ese nudo, es de vital importancia para empatizar con personas como Carlotta y entender el lugar que pueden ocupar estos medicamentos moduladores del hambre.
Sin embargo, su comentario me sigue pareciendo insuficiente en información para concluir que Carlotta deba mantenerse dependiente de por vida inyectándose uno de estos medicamentos. Incluso aunque salga la versión oral, que tarde o temprano saldrá, me sigue pareciendo injustificado. Este es un punto polémico y por eso le dediqué un artículo completo que puedes leer aquí.
Con lo que no estoy nada de acuerdo es con esta frase que ella dice al final: “Si las dietas y el deporte funcionaran (tanto para perder peso como para mantener la pérdida) nadie necesitaría este medicamento”. Eso no es así. Muchos profesionales vemos a diario casos de éxito y nos damos cuenta de que la alimentación y el ejercicio personalizado son los que realmente cambian la vida de las personas y hemos visto muchos casos en los que han sido eficaces a largo plazo.
En otras palabras, las dietas y el deporte funcionan, pero no todas las dietas y no todo el deporte funcionan. Dicho eso, entiendo muy bien esa necesidad que ella percibe de ese medicamento (Ozempic) en base a su historial frustrado de experiencias penosas con dietas y deportes.
Quizá sea el momento de pasar a ver qué nos dice la ciencia…
Efectos demostrados al dejar de usar Ozempic
Después de haber conocido el testimonio de Carlotta, quiero acudir ahora a la literatura científica. ¿Qué nos dicen los estudios basados en la evidencia médica en relación a dejar de usar Ozempic?
Bien. Pues al igual que con otros medicamentos para bajar de peso, existe evidencia de que las personas que usan semaglutida pueden recuperar peso después de suspender el tratamiento. Según el siguiente estudio, los participantes que fueron asignados al azar a semaglutida recuperaron el 67 % del peso perdido, mientras que los asignados al azar a placebo recuperaron el 95 % después de 1 año.
Pero esa es una forma un tanto falaz de expresarlo. Al fin y al cabo, a mí lo que me interesa conocer a partir de ese estudio es qué pasa con las personas que dejan de usar semaglutida. ¿Qué pasa con el peso y con la composición corporal?
La verdad es que el artículo está escrito de una manera y presenta los datos de una forma (la frase de más arriba es una prueba) que no me extraña ver que, en el apartado de conflictos de interés, los autores del artículo reconocen haber firmado contratos con algunas de las compañías farmacéuticas fabricantes de estos medicamentos.
Los datos se pueden escribir de una manera u otra para maquillarlos de alguna manera. Pero si respondemos de manera honesta a la pregunta “¿qué le pasó al peso de las personas que dejaron de tomar Ozempic (semaglutida)?”, la realidad es esta:
- Pérdida de peso inicial: Los participantes tratados con semaglutida perdieron en promedio 17,3 % de su peso en 68 semanas (1 año y 4 meses).
- Reganancia de peso: Un año después de retirar la semaglutida, los participantes recuperaron aproximadamente dos tercios del peso perdido. (Ejemplo: Para una persona que empieza con 87 kg de peso y pierde un 17,3 % de su peso (15,05 kg), termina recuperando, al año de haber dejado semaglutida, 10,03 kg y su peso actual sería 82 kg).
- Efectos cardiometabólicos: Las mejoras en los factores de riesgo cardiometabólico observadas durante el tratamiento volvieron a los niveles iniciales tras la retirada.
Viendo la lista de conflictos de interés declarados no me extraña la pasmosa conclusión a la que llegan los autores:
“Para mantener la pérdida de peso y las mejoras en la salud, es necesario un tratamiento continuo.”
Bueno, creo que hemos respondido de forma clara, pero vuelvo a resaltar la respuesta aquí para que quede clara, sin maquillajes ni paños calientes:
Un año después de retirar la semaglutida, los participantes recuperaron aproximadamente dos tercios del peso perdido. Las mejoras en los factores de riesgo cardiometabólico observadas durante el tratamiento volvieron a los niveles iniciales tras la retirada.
No hace falta decir mucho más, ¿no crees? Si un cambio, en los hábitos de salud, el péndulo vuelve a su sitio.
Otro artículo se plantea otra pregunta interesante: cuando llegue el momento de retirada, ¿cómo debe hacerse? Se desconoce si usar una u otra estrategia en la retirada puede influir en el grado de mantenimiento en la pérdida de peso después de suspender el tratamiento con semaglutida (dicho con más claridad: reducir la dosis a dosis más bajas en lugar de suspender completamente el tratamiento).
Impacto de Ozempic en el metabolismo
¿Por qué ocurre que recuperamos dos tercios de nuestro peso perdido? ¿Porque nuestro cuerpo es un canalla? No. Simplemente estamos viendo otro ejemplo por el que nuestro metabolismo usa su mecanismo de adaptación cuando percibe una pérdida de peso.
Cuando dejas de usar Ozempic, tu metabolismo puede experimentar algunos cambios. El cuerpo podría intentar volver a su estado anterior, aumentando el apetito y reduciendo la velocidad del metabolismo para conservar energía. Este proceso es una respuesta natural del cuerpo a la pérdida de peso rápida y significativa, y entenderlo es clave para prevenir la recuperación del peso. De ahí que sea tan importante un plan personalizado que nos ayude a contrarrestar ese mecanismo natural de defensa que parece “boicotearnos” el proceso de pérdida.
Estrategias Para Mantener el Peso Después de Ozempic
Ahora que hemos visto que hay unos mecanismos de defensa por los que nuestro propio metabolismo nos va a dificultar que mantengamos el peso, perdido después de provocar un déficit calórico con una dieta o usar Ozempic, veamos qué estrategias podemos usar para no recuperar los kilos y, sobre todo, no recuperar el porcentaje de grasa perdido.
- Alimentación Balanceada: Opta por una dieta rica en nutrientes, incluyendo frutas, verduras, proteínas magras y granos integrales. Evita los alimentos procesados y altos en azúcar, que pueden provocar picos de glucosa y aumento de peso.
- Ejercicio Regular: La actividad física es crucial. Intenta incorporar al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana, como caminar, nadar o montar en bicicleta. El ejercicio no solo quema calorías, sino que también ayuda a regular el apetito y mejorar el estado de ánimo.
- Monitoreo del Peso: Mantén un registro regular de tu peso y ajusta tu dieta y rutina de ejercicios según sea necesario. No te obsesiones con los números, pero usa el monitoreo como una herramienta para mantenerte en el buen camino.
- Apoyo Profesional: Considera trabajar con un nutricionista o entrenador personal para recibir orientación y apoyo personalizado. Ellos pueden ayudarte a crear un plan sostenible y adaptado a tus necesidades.
- Gestión del Estrés: El estrés puede influir negativamente en tus hábitos alimenticios y niveles de actividad. Practica técnicas de relajación como la meditación, el yoga o simplemente tomar tiempo para ti mismo.
- Dormir Bien: Un buen descanso es fundamental para la salud y el control del peso. Trata de que tu sueño sea reparador y descanses en profundidad. Ese modelo de sueño me parece más interesante que pautar las míticas 8 horas a todo el mundo por igual. Mi compañera Raquel, de Órbita Femenina, tiene un plan que funciona muy bien para eso.
Importancia de crear hábitos saludables
La clave para integrar todas las estrategias anteriores para mantener el peso perdido después de dejar Ozempic no reside en el medicamento en sí, sino en los hábitos que desarrollas durante y después del tratamiento.
Es esencial adoptar un enfoque integral que incluya una alimentación balanceada, ejercicio regular y estrategias efectivas para manejar el estrés y el sueño. Estos hábitos no solo te ayudarán a mantener el peso, sino que también mejorarán tu salud general y bienestar.
¿Y Ahora Qué? Próximos Pasos
Dejar de usar Ozempic no significa necesariamente recuperar todo el peso perdido. Con una comprensión clara de cómo tu cuerpo se adapta al perder peso y un compromiso firme con hábitos saludables, puedes mantener tu nueva composición corporal a largo plazo.
Algunos artículos científicos han llegado a evaluar el uso continuado de semaglutida a una dosis de 2,4 mg semanal (lo que a día de hoy tendríamos aprobado como Wegovy) durante 1 aó y 4 meses demostrando su potencial como tratamiento a largo plazo para el control del peso en esta población sin afectar a la seguridad de los pacientes.
Mi recomendación personal es que definas junto a tu nutricionista y tu médico prescriptor un horizonte de uso: ¿Cúando lo dejarás de usar?
¿Hay razones de seguridad para dejar de tomarlo tras un año? ¿Tras dos años? ¿Tras seis meses? Lo cierto es que no. A día de hoy no tenemos ningún dato que marque una fecha a partir de la cual se deba dejar de tomar por razones de seguridad.
Sin embargo, vuelvo a lo de antes. Para no desarrollar esa dependencia habrá que ver cuánto peso se ha perdido, cuántos meses se lleva usando y, en base a eso, junto con el plan de hábitos personalizado, decidir una fecha fin de uso. A futuro, siempre se puede recurrir a la medicación otra vez, pero debemos hacer un uso racional como con cualquier medicamento: la menor dosis que funcione.
Además, otro factor que debes tener en cuenta: cuanto más agresiva sea la pérdida de peso, más activaremos los mecanismos adaptativos de nuestro metabolismo para defenderse de esa bajada. Esto lo recuerda en su gran libro Fat Loss Forever el Dr. Layne Norton. Por tanto, más fácil será recuperar el peso perdido y más probable experimentar un estancamiento en la pérdia a corto plazo.
Conclusión
El resumen es que podemos evitar ese péndulo desarrollando hábitos desde el momento en que empezamos con esta medicación, y que esos hábitos sobrevivirán al medicamento. Jesús de Nazaret decía: “cielo y tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. Algo parecido pasa aquí: Ozempic pasará, pero tus hábitos no pasarán.
Sé que no estoy concretando mucho y que este es el apartado donde debería hacerlo, pero especificar un porcentaje de pérdida de peso a partir del cual dejar la medicación es complicado.
La manera que tengo de abordarlo con mis pacientes es la siguiente: ver desde qué peso y qué porcentaje de grasa corporal parten y cuando nos acercamos a ese porcentaje de grasa corporal que se considera sano para su sexo y edad, entonces, plantear la retirada de la farmacoterapia.
En cualquier caso, quiero dejar bien claro un mensaje. Aunque no sepas en qué momento ocurrirá esa retirada, sí es muy importante que en el momento en el que empieces a usar Ozempic o similares, debes responder a esta pregunta: ¿qué tiene que pasar para que yo deje de tomar esta medicación?
Pasa lo mismo que con las inversiones, como menciona en su magnífico libro La Psicología del Dinero el escritor Morgan Houssel: nunca ha sido buena idea invertir dinero en una acción sin tener un plan de retirada.
Recuerda que el éxito duradero se basa en la consistencia y el equilibrio, no en la dependencia de un medicamento. Tú tienes el control de tu salud y bienestar. La industria farmacéutica no.
Felices hábitos.
*Alfredo Andreu es farmacéutico colegiado 3228 (ficha) y dietista-nutricionista colegiado ARA00404 (ficha)